El Instituto - Stephen King
Páginas: 624
Género: Suspense, horror
Año de publicación: 2019
En mitad de la noche en un barrio tranquilo de Minneapolis raptan a Luke Ellis, de doce años, tras haber asesinado a sus padres. Una operación que dura menos de dos minutos. Luke se despierta en la siniestra institución conocida como El Instituto, en una habitación que se asemeja a la suya pero sin ventanas. En habitaciones parecidas hay otros niños: Kalisha, Nick, George, Iris y Avery Dixon, entre otros, que comparten capacidades especiales como telequinesia o telepatía. Todos ellos se alojan en la Mitad Delantera de la institución. Los mayores, en cambio, se encuentran en la Mitad Trasera. Como dice Kalisha: "Allí entras pero no sales".La señora Sigsby, la directora, y el resto del personal se dedican a aprovecharse sin compasión del talento paranormal de los chavales. Si te portas bien te premian. Si no, el castigo es brutal. Luke se da cuenta de que las víctimas van desapareciendo y son trasladadas a la Mitad Trasera, así que se obsesiona con escapar y pedir ayuda. Pero nunca nadie ha escapado de El Instituto...Deudora de Ojos de fuego y con un elenco de personajes juveniles (como en It y en Stand By Me) con los que podemos empatizar, El Instituto nos recuerda de inmediato al mejor King, incluso aunque trate temas tan oscuros como los que copan los titulares hoy en día y que nos hacen temer por nuestro futuro.
Comenzamos la novela con Tim Jamieson, un ex policía sin un rumbo claro en la vida hasta que acaba en un pueblecito perdido de la mano de Dios, DuPray, que por algún motivo le atrae ser su sereno. Una pequeña estabilidad tras un tormento en su vida.
Tras conocer a Tim pasamos a conocer a nuestro protagonista, Luke Ellis, el niño prodigio de esta historia. Luke aspira a dos carreras universitarias con doce años, pero una noche su vida se trunca totalmente y ni siquiera lo quieren por su inteligencia, sino porque es capaz de mover un poco una bandeja de pizza.
Stephen King nos narra esta historia de una manera ágil y sin pausas típicas de él, no se va por las ramas haciendo perder el hilo, no, aquí no pasa eso y, personalmente, lo agradezco mucho. Gracias a eso se ha convertido en uno de mis favoritos del señor King, son un poco más de 600 páginas, pero trepidantes y solo quieres leer más y más.
La trama, como casi todos los libros de Stephen, tiene su tinte paranormal, pero lo hila tan bien que lo hace como si pudiera ser plausible, como si sí hubiese un Instituto que experimentase con esas cosas. Esto lo suele manejar con bastante maestría y es de las mejores cosas que tiene. Al principio nos martillean con muchos datos y nombres sin entender, como Luke, pero a medida que este va comprendiendo nosotros también lo haremos. Quieres averiguar para qué sirve El Instituto, qué traman con tanto experimento y secretismo, para qué son tan importantes los niños con poderes, quieres saber qué hay en la Mitad Trasera. Me ha gustado mucho cómo se ha ido desarrollando hasta llegar al desenlace que, para mí, ahí King suele flojear. En este caso, otra vez para mí, no ha sido así. Estoy muy contenta con el final, incluso me han dado ganas de saber más cosas, pero estoy muy satisfecha.
Los personajes suelen ser la clave de las historias de Stephen King y, en este caso, nos encontramos con una pandilla de chicos desde los 10 años a 14, encerrados y cada uno con su carácter marcado y sobrellevando el aislamiento a su forma. Destacan también los adultos, la maldad humana que siempre suele estar patente en los libros de King, y también la bondad. Hay algún que otro personaje que me hubiera gustado que terminase de otra manera, tanto buenos como malos, pero no todo puede acabar perfecto y eso es otro punto a favor de Stephen, que no sabes cómo van a terminar los personajes.
Sin duda, ha sido uno de mis libros favoritos que he leído de él, no quería soltarlo y cuando lo hacía pensaba en el siguiente rato para leer.
5/5
¡Hola! Cada vez que vemos una reseña de un libro del autor, nos preguntamos por qué no hemos leído nada de él todavía. Ojalá saquemos tiempo pronto.
ResponderEliminarBesos