El tono de la sinopsis se acerca mucho al del manga. Y si hay un manga que me haya hecho reír es claramente este. No hablo de una sonrisa hacia mis adentros que se limita a curvar las comisuras de la boca hacia arriba dos segundos, no, hablo de una carcajada en la soledad de la lectura, de esas que cuando recuerdas la escena sigues riendo. Pero esto no sucede en todos y cada uno de los tomos, tiene un ritmo y un porqué de cada situación. Pese a ser un shôjo, no es tan azucarado como lo que nos quieren vender, tiene su parte romántica, pero se ve aplastada por el genial sentido del humor de la autora. 

Tenemos que tener presente que estamos en un ambiente de instituto nipón, las costumbres son bien distintas de las nuestras, los empollones son admirados, los besos en público no se dan y los sentimientos son difíciles de expresar. Si a este cóctel le sumamos la familia de la protagonista, la ironía y las pullas, así como el apoyo, están también presentes. El espíritu competitivo de Yukino la lleva a vivir situaciones de lo más absurdas (para nuestro beneficio).

En cuanto al argumento, sin hacer spoiler, se podría decir que se divide en dos bloques: el primer bloque es más cómico, centrado en el desarrollo de las relaciones de Yukino (donde aprende los valores de la amistad, la sinceridad) y el segundo bloque es más serio, se deja un poco de lado esas tiras cómicas y situaciones absurdas que mencionábamos antes para pasar a un ambiente más adulto, más sentimental. 

Los personajes son muy completos, a pesar de ser adolescentes, no son los típicos quinceañeros que dan repelús (o sí), tienen todos una identidad muy marcada, unos gustos muy claros y unas expresiones definidas. Tan definidas como los trazos de los dibujos, simples y claros, limpios, que nos describen a la perfección cualquier sentimiento con tan sólo dos pinceladas. 

En resumen, si sois amantes de los shôjo este es un imprescindible, y si no lo sois, igualmente es una obra a tener en cuenta, se pasan muy buenos ratos y nos abre un poco la mente en lo que a las relaciones se refiere (no todo es blanco o negro, ni tan transparente como uno cree). Mi puntuación no es de cinco tinteros por el cambio de estilo que presenciamos, pero tampoco lo veo como algo negativo, aunque inesperado, esa pérdida de humor es el único punto negativo que le encuentro.

También la tenéis disponible en anime, de 26 episodios de unos 20 minutos cada uno, los cuales abarcan los primeros 7 tomos. Desgraciadamente quedó inconcluso, pero merece la pena verlo. Y si lo habéis visto ya, ¿qué os ha parecido? ¿Qué os gustó más, el manga o el anime? 

4,5/5