No os dejéis engañar por el tono aniñado de la sinopsis que nos intentan vender, es mucho más que dos historietas de amor. Efectivamente son dos mujeres jóvenes que, casualidades de la vida (o de la autora) se llaman igual y tienen la misma edad, pero son polos opuestos que se llegan a complementar. La trama está llevada con gran ingenio, haciéndonos empatizar con las dos protagonistas (aunque seguramente acabes empatizando mucho más con una que con la otra, supongo que variará en función de tu propio estilo) por muchas diferencias que tengan. Y eso no todo el mundo lo consigue, y mucho menos en este mundillo del manga. Todos los personajes, absolutamente todos, tienen una personalidad muy marcada, podríamos reconocerlos perfectamente sólo con leer lo que dicen sin la necesidad de verlos dibujados. 

En lo referente a la ambientación, nos encontramos en la capital nipona, y se nota. La música está presente en todo momento (tanto que si conoces los temas que menciona la autora puede que lleguen a sonar en tu cabeza), una de ellas es una cantante de un grupo de punk y, si te metes de lleno en la historia, puede que llegues a imaginar su voz. Por fortuna no hace falta imaginar demasiado, fue tal el éxito del manga en su momento que le hicieron dos películas de imagen real y una serie anime. Obviamente tuvieron que buscar a cantantes para ese papel (personalmente me quedo con Mika Nakashima, actriz de las dos películas) y esto nos ayuda todavía más a hacernos una idea de cómo sonaría. 

Hay que destacar un elemento fundamental de este manga y es el siguiente: la moda. Si estáis un poquito puestos en ella, reconoceréis claramente las influencias británicas en los diseños de Yazawa, es más, de Vivienne Westwood concretamente. Y no es casualidad. Westwood era la pareja del mánager de Sex Pistols, grupo punk de referencia y que marcaron, gracias a los diseños de Vivienne y su pareja, las tendencias y el estilo punk que conocemos hoy en día. Se nota que la autora es amante de la moda y que sabe lo que hace. 

5/5