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sábado, 17 de febrero de 2018

La forma del agua - Guillermo del Toro (película)


La forma del agua - Guillermo del Toro (película)

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Duración: 123 minutos
Género: Fantasía, romance, suspense
Año de publicación:2018



*Contiene spoilers

La forma del agua parte con la base de la confrontación militar y espacial de la Guerra Fría. La primera en presentarse es Eliza (Sally Hawkins), una mujer muda que trabaja como empleada de la limpieza en unas instalaciones del gobierno, donde concretamente está escondido un laboratorio secreto. Su vida es monótona, pero gracias a personajes secundarios como Giles (Richard Jenkins) y Zelda (Octavia Spencer) esa monotonía es un poco más llevadera. Todo da un giro para Eliza cuando descubre que han encerrado en un tanque de dicho laboratorio a un hombre-anfibio (Doug Jones) que han capturado en Sudamérica, donde los nativos lo consideraban un dios, y el cual posee unas características físicas que podrían ser útiles para sobrevivir en el espacio. El coronel Richard Strickland (Michael Shannon), al que podemos considerar el verdadero monstruo, quiere experimentar con la criatura y para ello lo somete a brutales torturas que aumentan la empatía del espectador por el hombre-anfibio. Como se intuye desde el principio del filme, Eliza empieza a simpatizar con este ser; le pone discos de música jazz, lo alimenta con huevos cocidos e incluso le enseña algunas palabras en el lenguaje de signos (aquí es donde nos percatamos de que la criatura es inteligente). Y así, día tras días, hasta el punto de que surge el amor entre dos seres que solo pueden comunicarse mediante gestos.

La acción empieza cuando Eliza, junto a sus amigos (que son todos unos incomprendidos sociales), deciden sacar a la criatura de los laboratorios para dejarlo libre en el mar y evitar así que lo maten.


Como bien he leído en algunas webs, La forma del agua es un cuento de hadas donde se pone sobre la mesa la fantasía, el amor y la idiosincrasia de un momento histórico. El mayor peso de la película, desde mi punto de vista, es la cantidad de crítica social que Guillermo del Toro plasma en cada uno de sus personajes. La película está ambientada en Baltimore en 1962 y temas como el racismo y la homofobia están muy presentes en toda la obra. En general, es una crítica a nuestra postura, o intolerancia, sobre las cosas que son diferentes a nosotros. Así es como se defiende un amor entre dos seres de distinta especie que mantienen una “relación” en la que se llega a todo… a TO-DO.

A mí, particularmente, no me ha convencido la forma en la que se ha llevado esa relación sentimental. Eliza siente que le necesita porque la criatura no la ve como un ser humano incompleto (por ello de que es muda), y por mucha pureza que se ha querido trasmitir en ambos personajes, lo que más he visto ha sido deseo por parte de ella. Habrá gente a la que le guste, y lo comprendo, pero conmigo no ha funcionado. Habría preferido una simple amistad, o que Eliza quisiera salvar a la criatura solo porque empatiza con él y sabe lo que es sentirse diferente. Creo que algunos se escudarán en la propia mitología, muchas son las historias de dioses que cambian de forma para copular con humanos, y Guillermo del Toro ha querido meterse en esas aguas de cabeza dando un triple salto mortal.

Hablando del resto de personajes, el coronel Richard Strickland, que se corona como el villano, es asimismo una caricatura muy acentuada del “American way of life” (tiene una familia que aparenta ser feliz pero que no lo es, conduce un Cadillac y lee “El poder del pensamiento positivo”), pero su papel no solo se basa en esa crítica, sino que rebasa los límites de lo diabólico y nos ofrece escenas que pueden resultar muy aprensivas para públicos sensibles.

En contraposición, también tenemos a Robert Hoffstetler (Michael Stuhlbarg), un doctor que trabaja en las instalaciones y quien ayuda a rescatar a la criatura dada la fascinación que le provoca. En él está muy presente la trama del espionaje ruso, dado que él lo es, y está involucrado en un plan que inicialmente trataba de robar la criatura para el gobierno ruso.

Uno de los que más me han gustado ha sido Giles, el vecino de Eliza, que es pintor y con el que podemos palpar la homofobia que sufre en ciertos momentos. Es un personaje divertido y con el que he empatizado mucho, de lo mejor de la película.

Otro personaje que también me ha gustado ha sido Zelda, la compañera de trabajo de Eliza, y en ella está muy presente también el tema del racismo por ser negra. Es una mujer también muy graciosa, que pone de manifiesto el machismo que sufre por parte de su marido (pese a que en esa época fuese habitual) pero que no se amedrenta en ponerle los puntos sobre las íes.

Por último, hablar de la magnífica fotografía que tiene el filme. Los colores oscuros predominan en toda la obra, donde los azules y los verdes son los protagonistas en todo momento. Por momentos me recordaba al estilo de las películas europeas, supongo que por influencia de la banda sonora, y en otros momentos era como ver una película de cine negro. Como viene siendo habitual en Guillermo del Toro, la estética está muy bien cuidada, siempre es un placer ver sus películas. Quedan muy claras las referencias a películas antiguas, cómics, al steampunk (sobre todo en el laboratorio) y a la visión tradicional estadounidense. Durante casi toda la obra la imagen me ha recordado muchísimo a El laberinto del Fauno.



La forma del agua me ha gustado en ciertos aspectos (tales como la crítica social, lo bien construidos que están los personajes, la estética, y el magnífico diseño de la criatura), pero en algunos otros no me ha convencido. Tenía muchas ganas de verla desde que la anunciaron el año pasado y debo admitir que me ha decepcionado. Entiendo que es cuestión de gustos, el amor modula la trama más de lo que creía, y la forma en la que está construido, hoy por hoy, no lo compro. Me entretuvo muchísimo más La cumbre escarlata con la maravillosa Jessica Chastain. 

Aun así, si os gusta Guillermo del Toro, creo que deberíais darle una oportunidad… ¿quién sabe? Quizá estamos hablando de la mejor película del año según la Academia. 



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