Mundodisco empieza a desvelarnos sus aventuras con este primer libro. Sus personajes, como Dosflores, Rincewind o la propia Muerte os desencajarán la mandíbula. Aquí todo es nuevo, el mundo en sí, sus costumbres, sus dioses, todo. Y este ejemplar es una gran introducción, digna de ser leída por todos. Lo bueno de este autor es que ha establecido sus propias normas en un universo creado a su antojo, y en él fue depositando sus distintas aventuras, haciendo posible leer sus obras sin la necesidad de haberlas leído de forma correlativa (y no son pocas). También cuenta con un sentido del humor peculiar, una fina ironía y un sarcasmo socarrón. Juega muy bien con sus personajes, con breves pinceladas ya somos capaces de tener una imagen clara de ellos en la mente. Encontraremos historias de guerra, de amor, de venganza, de juego, de absolutamente todo. Lo cierto es que esta reseña bien valdría para cualquier obra de Pratchett (y eso que no me las he leído todas, muy mal por mi parte) pero la sinopsis ya os deja claro lo que os vais a encontrar, por eso me limito a comentaros la impresión que me llevé al leerlo: quiero más. Y, gracias al bendito de Pratchett, tenemos infinidad de ellos (setenta si no recuerdo mal). Si no habéis leído todavía el color de la magia, o cualquier otro libro de este autor (tristemente fallecido hace un par de años), debéis hacerlo, es tan indispensable, para mí, como el señor de los anillos.